


























Había una vez un edificio abandonado sobre una espléndida colina toscana entre olivares y viñedos. Con tal contexto natural, la tarea de realizar una hermosa residencia no es muy difícil.
El arquitecto debe solamente tener cuidado de no causar demasiados daños. Además, el edificio ya había sido construido en lo que respecta a la carcasa exterior.
Mi tarea consistía en completar el trabajo adaptando los interiores a las exigencias de los clientes, cuya aspiración era hacer del edificio un oasis de tranquilidad en el corazón de la Toscana según las características tipológicas locales.
El interior del edificio fue totalmente vaciado, reproyectado y reconstruido según las expectativas de los nuevos propietarios, tratando de resaltar la relación entre el interior y el paisaje externo, y yagregando la posiibilidad de aprovechar al máximo los espacios externos agregando una pérgola para las cenas al aire libre y con una piscina asomada sobre la ciudad de Volterra y sobre el espléndido paisaje que la rodea.